El día que dejé de hacer dos o más cosas al mismo tiempo
Basta de llenarnos el día de cosas por hacer y hacer malabares para llegar con todo. ¿Quién se identifica con esto? ¿Quién tiene la vida explotada de cosas por hacer? Y pregunto por la vida, no sólo por el trabajo.
Y si tu respuesta es sí, quiero preguntarte algo más: ¿cuántas veces hacés más de una cosa al mismo tiempo? Leé esto hasta el final que tengo algo valioso para compartir con vos al respecto.
¿Podés merendar mientras revisas tu email en el teléfono? Seguro que sí, ¿pero cuanta atención le prestás a cada cosa?. Seguro que cuando terminaste de revisar tu bandeja de entrada, te comiste 6 tostadas (y ni siquiera te diste cuenta). Pensemos, ¿que pasó mientras estabas haciendo estas dos tareas a la vez?
- revisaste tu correo, aunque en realidad muy por arriba (en el medio tomabas café, le pusiste mermelada la tostada, le alcanzaste una servilleta a quién te la pidió)
- te comiste 6 tostadas (¿cuántas comes regularmente cuándo estás prestando atención?)
- en el peor de los casos, no sabes cuánto comiste
- no disfrutaste tu merienda, merendaste pero casi no lo registraste
- te perdiste la oportunidad de compartir un momento con vos misma/tu pareja/tu familia/tus hijos
Analizá cómo se dió todo: hiciste dos cosas a la vez, pero las dos a medias. ¿Y qué sensación te queda? Seguramente te das cuenta de que tu atención osciló entre una cosa y la otra.
Claramente somos capaces de caminar y hablar al mismo tiempo, pero lo que no podemos hacer es centrarnos en dos cosas al mismo tiempo, porque nuestra atención irá rebotando de un lado a otro. Es decir, sí podemos prestar atención a dos cosas a la vez, pero nuestra atención estará dividida.
Esto se puede llevar a cualquier aspecto de tu vida: tu vida personal, tu casa y tu trabajo. La multitarea en cualquier ámbito no es buena, ni es efectiva, ni es sinónimo de productividad. Simplemente porque al hacer dos cosas a la vez, no lograrás hacer bien ninguna. Y esa justamente es la esencia de la multitarea.
Si analizaras por qué haces esto, por qué sos de hacer dos cosas a la vez, incluso aunque te salga inconscientemente (casi como un hábito), podrías llegar a tener la sensación de que en el fondo es porque te falta tiempo para hacer todo lo que tenés que hacer; pero lo más probable es que vos misma te hayas creado la carga de hacer demasiadas cosas en el tiempo que tenés.
Otras veces nos pasa que estamos haciendo algo y de repente, nos encontramos haciendo otra cosa. A ver si te suena: vas hasta la habitación dispuesta a hacer la cama y antes de llegar viste el escritorio desordenado y automáticamente te pusiste a acomodarlo un poco.; al instante te acordás que vos en realidad ibas a la habitación a hacer la cama! Y ahí decís: “bueno, termino esto y me pongo con eso”.
Otro ejemplo, estás en el escritorio escribiendo un informe, suena el teléfono y es tu socia pidiéndote que le ayudes a resolver un problema, mientras que en tu whatsapp no paran de llegar mensajes nuevos. Una distracción atrás de la otra que hace que termines haciendo mil cosas a la vez y no puedas concentrarte en ninguna puntual. Si lo pensás, es agotador, realmente.
Pasar de una tarea a la otra tiene un costo para vos: en términos de tiempo y energía. Y ese costo dependerá de lo complejas o sencillas que sean esas tareas.
La multitarea hace que nuestro cerebro entre en cortocircuito y por ende nosotras también, mirá:
- Si dividimos nuestra atención, eso lo pagaremos con tempo y energía
- Mientras más tiempo dediquemos a una tarea alternativa, más tiempo y fuerza nos va a llevar volver a la original (aquí está el famoso “no termino con nada”)
- Tendrás un sentido distorsionado de lo que se tarda en hacer una cosa (siempre creerás que necesitas más tiempo del que en realidad necesitás para hacer una tarea en particular)
- Tendrás mas tendencia a cometer errores, por tu atención dividida
- Te sentirás más estresada, más cansada, con la sensación de “corrí todo el día” y eso te terminará afectando negativamente
Queremos estar bien. Todas queremos. El cambio es chiquito y empieza por las pequeñas cosas. Yo era la reina de la multitarea, saltando de acá para allá todo el tiempo, poniéndome yo sola más tareas al hombro de las que realmente podía hacerme cargo de manera sana (y lo peor de todo, convenciéndome de que vivir así estaba bien y que era la única forma de llegar con todo). Eso me jugó en contra, tanto hasta que en un punto me afectó la salud. Pero si yo pude cambiar, estoy segura de que vos también podés.
Te preguntarás ¿qué me hizo hacer el click y cambiar?. Bueno, lo que más me movilizó fue hacerme cargo de que yo era de esa manera. Y lo que me terminó de impulsar para reinventarme (aunque todavía estoy en proceso) fue tomar conciencia de todo eso que estaba perdiendo o relegando por ser así: saber que no estaba logrando nada sino más bien perdiendo tiempo y enquilombándome sola, me hizo entender que esa no era la forma de hacer las cosas, que tenía que buscar una alternativa.
Hoy elijo hacer poco y hacerlo bien.
Es una cuestión de conocerse y empezar a corregir: preguntate ¿estoy haciendo dos cosas a la vez? En casa, en el trabajo: ¿soy de hacer dos cosas a la vez? ¿cuáles?. ¿Qué siento?, ¿ansiedad?, ¿miedo?, ¿cansancio?. En el trabajo, en casa: ¿salto de una cosa a la otra sin parar? ¿dejo cosas sin terminar por empezar otras?
Si tu respuesta es sí, entonces empezá por decir basta. Y tomando conciencia un poquito todos los días, vas a empezar a corregir todo eso que querés y que te está robando lo más importante: tu salud, tu tiempo y la forma que tenés de vivir y construir tu rutina diaria. Como todos los procesos, lleva tiempo, pero no es imposible.
Por último, queda en vos decidir cuáles son esas pocas cosas que querés hacer o cuáles son las realmente importantes, para hacerlas de a una a la vez, siempre en pos de la vida que deseas para vos misma.
Espero de corazón que esto te sirva y te ayude a mejorar si así lo estás necesitando!
Besos, Naty
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!